Los metales poseen grandes peculiaridades, es por esto que, se desarrolló la teoría de mar de electrones como un método donde se pudieran exponer las características que poseen los metales.
Además que, el metal está presente en muchos aspectos de la vida diaria, como por ejemplo, en los utensilios de cocina y otros elementos que facilitan diversas actividades, conforme a sus propiedades.
Algo importante para destacar es que, los átomos que se mantienen un vínculo con el metal se le denominan, enlace metálico. Es curioso que, gran parte de los elementos de la tabla periódica son metales, superando una cantidad de 80.
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La teoría del mar de electrones
¿Cuál es el objetivo de estudio de la teoría del mar de electrones?
La reducida conversión de átomos es una característica de los metales y por esta razón, suelen extraviarse los electrones; una forma de definir al átomo metálico es como un catión enlazado a un electrón de mayor energía.
Conviene subrayar que, este electrón de valencia podría sufrir una pérdida, como se mencionó anteriormente, destacando que, un metal hay una serie de átomos enlazados entre sí.
La captación como resultado de la interacción entre la carga positiva por parte del catión y la carga negativa del electrón, generan y custodian el compacto enlace entre los átomos del metal.
Partiendo de lo anterior, un metal se puede definir como un grupo de cationes metálicos sumido en un mar de electrones de gran capacidad de energía, es decir, de valencia que se encuentran deslocalizados.
Cabe señalar que, las partículas de valencia deslocalizadas cumplen un papel específico, ejerciendo la actividad de adhesivo electrostático para poder preservar a los cationes metálicos en un vínculo. Esta actividad que ejerce el electrón tiene cierta semejanza con la vinculación iónica, donde se lleva a cabo la fuerza entre catión y anión, pero, aquí se da lugar a la adherencia entre el catión y el electrón.
Peculiaridades relevantes acerca de la teoría del mar de electrones
La teoría de electrones envuelve dentro de ellas las propiedades correspondientes a los géneros metálicos, donde se destaca la ductilidad y la maleabilidad a causa de la deslocalización de las moléculas.
Esta deslocalización ejerce una actividad en la que se dirige en distintas direcciones en frente de una serie de capas. Al ejercer un trabajo intenso, las capas se movilizan, sin interrumpir su estructura, unas encimas de otras.
Al respecto, en esa fracción se derivaría la resistencia, mientras que, cuando los electrones tienen movimiento, abren el paso a el flujo de corriente eléctrica, generando la denominada conductividad eléctrica.
Por otra parte, en referencia a las partículas móviles, estas, son capaces de transportar calor, desencadenando la canalización de energía cinética desde una zona del metal hacia otra.
Desventajas presentes en la teoría del mar de electrones
En consecuencia a la minúscula cantidad de electrones de valencia, desarrolla una cantidad superior de estados de energía libres, que sobrepasa a la proporción de electrones vinculados, debido a la suma de su altura energética.
De acuerdo a esto, se dice que hay una firme deslocalización a nivel electrónico, lo que ocasiona que las bandas energéticas se ocupen de manera arbitraria. Las partículas ejercen movimiento por medio de un sistema de tejido.
El movimiento se impone ante la presencia de un campo eléctrico que desciende de la zona externa, asì pues, trae como resultado la composición de un océano de moléculas que permiten la permeabilidad de la malla.
En otras palabras, el nexo que contienen los metales se les considera como una masa de iones que se conforman de carga positiva adaptados a lo que se denomina un mar de electrones compuestos por carga negativa. Lo negativo de la teoría es que, a través de la misma, aún existen características que no han tomado una forma o concepto dentro de la misma, como: la estabilidad de los enlaces, la ordenación de metales, entre otros.
