Según la etimología de la palabra, se dice que el origen del término temperatura se encuentra en el idioma, ya extinto, latín, en el cual se escribe de la misma forma que en español, “temperatura”.
Conociendo esto, se puede proceder con la definición del concepto de temperatura, la cual no es más que aquella medición física que se encarga de refleja el nivel de calor que existe en un espacio determinado.
Para muchos especialistas el sentimiento o la noción de lo que se conoce como frío, no existe, ya que, como se mencionó anteriormente, la temperatura mide el calor que esta presente en un cuerpo o espacio, por lo que el frío vendría siendo la ausencia de calor. Pero, dentro de los estudios de esta magnitud, se ha demostrado que la percepción del frío si existe y que es considerada como una de las dos nociones vinculadas a la temperatura, en conjunto con la percepción caliente.
La temperatura
En palabras simples, la noción de frío quiere decir la presencia de un nivel de temperatura bajo, en cambio, la noción caliente es cuando el nivel de temperatura se encuentra elevado o alto.
Existen tres formas de medir cuanta temperatura se encuentra presente en un objeto o ambiente determinado, estas son: los grados Celsius (ºC), los grados Fahrenheit (ºF) y los grados Kelvin (ºK).
El concepto de temperatura esta directamente vinculada con la energía que se halla en el interno de cualquier mecanismo termodinámico, tomando en cuenta la traslación de las partículas que se encuentran en este.
Además de esto, también logra cuantificar el dinamismo que poseen las moléculas incluidas en la materia. Es decir, que mientras más perceptible sea la energía, más presencia de calor existirá.
Algunos de los conceptos más utilizados en ciencias como la física y la química, tales como el estado y volumen de la materia, guardan una estrecha dependencia de la temperatura y los niveles que estos posean de ella.
Por ejemplo, en el caso del agua, cuando existe un nivel bajo de temperatura, inferior a los 0 ºC, esta tiende a cambiar el estado de su materia de líquido a sólido.
Pero, en caso contrario, si en vez de encontrarse sometida a bajos niveles de temperatura, se le impone un nivel elevado de calor, por encima de los 100 ºC, esta modificará su forma, pasando de un estado líquido a un estado gaseoso.
Pero si el nivel de temperatura no llega a encontrarse por debajo de 1 ºC, ni por encima de 99 ºC, el agua conservara su estado líquido original ya que se encuentra en un nivel de temperatura óptimo.
Otros usos para la temperatura
La temperatura también se puede utilizar para medir los niveles de calor que se encuentran en el cuerpo de un ser humano. Cuando esta medición marca una presencia de calor superior a los 37 ºC, es a lo que comúnmente se le conoce como fiebre.
En el ámbito de la medicina general, como en cada una de sus ramas de estudios específicos, la utilización de los niveles de temperatura, sea elevado o bajo, es de suma importancia para la realización de diversos diagnósticos, así como de tratamientos necesarios.
Por ejemplo, en la práctica de la medicina natural (aquella que trata a partir de procedimientos de origen natural), la temperatura presente en los pozos de aguas termales es la indicada para la relajación de músculos tensos, asi como de su desinflamación.
Esto se debe a que el elevado nivel de temperatura presente en esta agua trabaja de forma inmediata, brindándoles algunos nutrientes y minerales a los tejidos musculares y celulares, los cuales son altamente beneficiosos para su curación.