Cuando vemos a una persona bostezar, nuestro cuerpo se relaja y empiezan a darnos ganas de bostezar también, esto pasa porque el ser humano es un ser social, por lo que leemos instintivamente del grupo el contexto en donde estamos.
Ahora, también hay que tener en cuenta que esta no es la única cosa que podemos tomar de nuestro entorno. Los actos violentos de nuestro entorno también pueden ser copiados; cosa que para muchos no es de sorprender.
La teoría de las ventanas rotas trata de eso, de cómo las conductas inmorales se van contagiando, sin importar que clase de personas vivan en cierto lugar, con el tiempo verán estas cosas como normales.
INDICE EDUCATIVO
La teoría de las ventanas rotas
¿Cómo se estableció?
En los años 1969, El reconocido psicólogo de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, Philip Zimbardo, realizo un experimento social en la que dejo dos autos idénticos en diferentes ciudades.
Una de estas fue la zona pobre de Nueva York, Bronx. Este tu vándalo en pocas horas; robándole todas las partes de provecho, y no solo eso, una vez desmantelado, fue destruido en lo que le quedaba de carrocería.
Mientras, en una zona tranquila de California llamada Palo Alto, el auto se mantuvo intacto por una semana, por lo que los investigadores rompieron un vidrio del auto para ver la reacción de la sociedad de ese lugar.
El resultado fue el mismo que en la zona pobre al final de cuentas. Es entonces cuando el politólogo James Q. Wilson y el criminólogo George L. Kelling publican en el año 1982 la teoría de las ventanas.
La oportunidad del mal
Si una ventana rota no se repara, dará la señal de que no hay nadie, y que no importa lo que pase en ese lugar, así que romper otra no costara nada. Este es el pensamiento involuntario que nace con esta teoría.
Si en una zona existe cosas como murales o un borracho merodeando, las personas automáticamente lo verán como algo natural, por lo cual, cualquier cosa que hagan será menos inmoral, dando espacio para el mal y el caos.
Tolerancia cero
La maldad se propaga muy rápidamente y con mucha facilidad por lo que en muchos países buscan evitar hasta el más mínimo problema para impedir revueltas.
El mejor ejemplo de que la tolerancia cero funcionaba fue cuando se aplicó en el metro de Nueva York, este era uno de los puntos más peligrosos de la ciudad, sí que se empezó a reprochar hasta el más mínimo acto vandálico.
Evitando que las personas dejaran de deteriorar el lugar, las evasiones del pago del metro y autobús, los pequeños desordenes y más. Todo esto fue un gran éxito permitiendo un mejor transporte y seguridad en este.
Con esto, el alcalde de Nueva York de ese entonces, Rudolph Giuliani, sabiendo de la teoría y los resultados del metro aplico la política de tolerancia cero. Creando comunidades limpias y ordenadas.
El resultado no fue otro que una mejor Nueva York, bajando drásticamente los índices criminales, creando un lugar muy diferente. Esto obviamente lo siguen muchas ciudades desarrolladas del mundo en estos días.
Latinoamérica
Varios lugares del mundo se están dejando abandonar, zonas mayormente latinoamericanas que dejan que las personas hagan lo que quieran y tienen un grado alto de tolerancia, dejando zonas muy peligrosas impunes.
Actualmente la criminalidad esta tan desatada que las personas ven el hecho de que todos sus conocidos hayan sido robados alguna vez como algo normal, o el hecho de no salir solo a la calle.
La tolerancia cero no debería ser una opción a tomar, sino una obligación del gobierno de cada nación para tener una localidad más segura y estable en la que todas las personas puedan sentirse felices.